En el sector público la intervención sindical está fragmentada de la misma forma en que se divide la plantilla: funcionarios, laborales y externos. Como hemos indicado, CNT entiende que quienes trabajan en el sector de los servicios públicos bajo fórmulas de subcontratación, también forman parte de l@s trabajador@s del sector público.
Ante esto, CNT apuesta por un sindicalismo inclusivo y de participación, en el que la afiliación sea el único poder y la única instancia de toma de decisiones. Por ello CNT no participa de la representación unitaria establecida en la legislación laboral española: ni participa de comités de empresa ni de juntas de personal. La única vía de trabajo y acción sindical que utiliza CNT es mediante la implantación de secciones sindicales, una propuesta de intervención igualmente válida para el desarrollo sindical en las administraciones públicas.
Las secciones sindicales son la agrupación de la afiliación de CNT dentro de las plantillas de las empresas. Por tanto, son la expresión del sindicato en la empresa. A diferencia de las juntas de personal o comité de empresa, que por definición se limitan a la plantilla que representan, la sección sindical al ser una parte del sindicato está conectada con el resto de plantillas, públicas y privadas, de su entorno. Esta diferencia fundamental explica nuestra apuesta y nuestra capacidad de igualar derechos entre el personal público y personal subcontratado o que trabaja en el sector privado.
La legislación que se aplica en el sector público en esta materia nos remite a la Ley Orgánica de Libertad Sindical y al Estatuto Básico del Empleado Público. Ambas disposiciones establecen unos beneficios claros para la representación unitaria: horas sindicales, derechos de información, representatividad sectorial… Dichos beneficios no son exclusivos de la representación unitaria, la representación sindical que práctica CNT también puede optar a ellos cuando su afiliación es suficiente, si bien es cierto que los niveles de afiliación necesarios para ser reconocidos como representativos por una y otra via son bien distintos. Por eso CNT afirma que la representación unitaria desincentiva la afiliación sindical y en consecuencia la participación de los trabajadores en sus propios asuntos, fomentando la delegación en algunas personas que por muy buena voluntad que presenten se encuentran en un sistema de representación que les aisla tanto de la plantilla como del resto de trabajadores.
Analizando la situación actual y como consecuencia de los mecanismos de negociación colectiva que han quedado plasmados en el capítulo IV del EBEP (RDL 5/2015), la representación del personal público ha quedado en manos de las organizaciones que más capacidad de copar juntas de personal y comités de empresa tienen: CCOO, UGT y CSIF. Estas organizaciones han centrado su actividad en obtener delegados que puedan traducir en horas sindicales, porcentajes de representatividad y otros beneficios derivados (subvenciones, acuerdos de formación, presencia institucional…).
Estas organizaciones en vez de conseguir representatividad para establecer mejoras laborales, buscan las mejoras laborales justas que les aseguren una audiencia que se traduzca en votos y delegados. La división que impera entre la clase trabajadora en general y el personal de las administraciones en particular (fijos, interinos, laborales, externos…) en gran medida se debe a aceptar un marco de representación que agrava estas diferencias. Por otro lado, el cortoplacismo de esta dinámica impide que la representación actual del personal público pueda plantear mejoras estructurales, lo que desplaza a la representación sindical del debate político sobre la función pública dejando hueco para partidos políticos, empresas y think tanks reaccionarios.
La alternativa que plantea CNT pasa por la afiliación, la organización en secciones sindicales de empresa y centro de trabajo y la movilización solidaria como claves para la mejora constante de las condiciones de trabajo, la igualdad de derechos y la prevención de situaciones de retroceso como las que hemos vivido está década atrás.